miércoles, 31 de octubre de 2012

The Jammers

Como sabéis los que me seguís, de vez en cuando me da por amadrinar libros y ahora le ha tocado a The Jammers, la nueva novela de Magnus Dagon.

En primer lugar y como he visto que hay dudas, quiero aclarar que The Jammers es una novela, está estructurada como si fuera una serie de televisión o de comics, con cuatro partes de trece capítulos cada una y capítulos especiales al final de cada una de las temporadas. Un total de 54 capítulos que harán un libro de entre 500 y 600 páginas. Me cuesta meter las novelas en géneros pero supongo que podría clasificarse en ciencia-ficción de aventuras, es un libro ágil y dinámico, no tiene el pesimismo que tenía el anterior libro de Magnus, "Los Caídos", aunque se ambiente en el mismo universo. Si en Los Caídos planeaba la fatalidad, el "no vamos a cambiar el mundo por mucho que luchemos", con The Jammers sí ves personajes que están decididos a cambiar el mundo, aunque luego descubran que las cosas no siempre salen bien... ni muchas veces tengan muy claro lo que están haciendo.

La trama nos presenta a The Jammers, un grupo musical que a causa de un accidente adquieren superpoderes. Tras el desconcierto inicial, deciden que tienen que usar sus poderes para mejorar el mundo... pero las cosas no resultan tan sencillas como ellos creen. Son cinco jóvenes, impulsivos y valientes, que guardan secretos de su pasado que no han compartido con sus compañeros, pero que les saltan encima cuando menos preparados están para afrontarlos. De estos cinco personajes, mi favorito es Distorsión, un chico carismático que se encuentra de pronto con que sus compañeros lo siguen como a un líder cuando él se considera independiente y solitario. Es el que más decidido está a dar una utilidad a sus poderes, pero se encuentra con que usarlos puede ser peligroso para los que le rodean, que al ayudar puede a la vez hacer mucho daño. Todo esto le plantea conflictos interiores, unidos a los que ya trae de serie el personaje y que no os voy a contar; Distorsión está lleno de matices, en ocasiones parece el típico rebelde pero en realidad es quizás el personaje más leal y franco de los cinco.  

Del resto no os hablo que me enrollo, los podéis conocer en el libro. Aunque podéis comprar el libro en papel, también se puede leer gratuitamente aquí: Lectura de The Jammers. En los primeros capítulos se nos presentan a los personajes y a muchos de sus futuros adversarios a través de aventuras cortas, con mucha acción. En el resto del libro la trama da un giro y se vuelve más personal, vemos como lo que nos parecían historias sueltas están relacionadas y cómo se va descubriendo poco a poco el pasado de los personajes. Personalmente veo un salto muy grande de calidad en la segunda parte del libro, no es sólo que todo empiece a tener sentido y veamos que realmente hay una trama debajo de todo, sino que los personajes tienen más profundidad, es como si en la primera parte el autor nos los hubiera mostrado desde fuera y a partir de la segunda nos los muestra desde dentro (que a lo mejor no es así, es la impresión que me quedó a mí al leerlo). 

Otro elemento que me ha llamado mucho la atención son los escenarios. Los personajes viajan mucho y se mueven por todo el Tecnoverso, el mundo creado por Magnus Dagon, llevándonos a sitios asombrosos que no son solo escenarios sino que forman parte de la trama tanto como los personajes. Hubo uno que me llamó especialmente la atención, un escenario que era en sí mismo un enemigo. Lo podréis encontrar en uno de los primeros capítulos.

Otro aliciente del libro es que las canciones de The Jammers son las del grupo de Magnus, Balamb Garden, y las podéis escuchar también. Si cotilléais por la web de la novela encontraréis los enlaces a las canciones y mucho material extra, bocetos de los personajes, descripciones de lugares, etc. Os animo a que paséis por allí y le echéis un vistazo al libro.


 The Jammers











miércoles, 24 de octubre de 2012

Crónicas de la Hispacón 2012 - 4 parte

Seguimos en el sábado, a las cinco empezaba la presentación de El letargo del pájaro de fuego, de Laura S.B., con Juan Miguel Aguilera como presentador. Cuando llegamos ya estaban sentados a la mesa y había bastante gente, Laura estaba emocionada  y yo me sentía muy orgullosa de ella, en plan "mamá de la artista". Hablaron del libro con gran entusiasmo, es una novela de ciencia ficción aunque el nombre suene más a fantasía. La historia se veía interesante y solo tuve un momento de duda, cuando le preguntaron por sus referentes y mencionó con gran vehemencia a Terry Pratchett. Ya os he comentado que no es un autor que me guste precisamente, al contrario, no conecto nada con él y temí que el estilo de Laura se pareciera, aunque por lo que llevo leído (sí, ya he empezado el libro ^^) no es así, o al menos yo no lo noto. De momento la trama está llena de interrogantes... y me callo antes de soltar spoliers.


Un momento de la presentación, el pañuelo que lleva Laura se lo presté yo ^^

Después de la presentación nos fuimos hacia la charla de Nocte, en la puerta nos encontramos de nuevo con Adriker, que salía de la presentación de Terra Nova, a mí me habría gustado verla también, pero coincidía con la de Laura así que me la perdí. De todas formas me presentó a Mariano Villarreal, que fue otro de esos momentos de timidez míos, que no sé qué decir ni de qué hablar así que debió ser penoso. Él recordaba mi nombre y haber leído algo mío, aunque creo que en realidad no sabía quién era, pero bueno, eso de que le suene ya es algo que motiva.

La charla de Nocte estuvo muy concurrida, no dejó de entrar gente y más gente, incluso se quedó gente de pie o se sentaron sobre unas mesas que había apiladas al fondo porque no quedaban sillas. La charla se llamaba diversión contra mensaje y yo esperaba algo más de sangre, vísceras y esas cosas que se presuponen a los autores de terror, pero estuvo todo bastante calmado en general, y sí noté que el público participaba mucho.

Me senté detrás y no había forma de sacar una foto de la mesa completa, eran muchos los autores de Nocte.

Melkor tenía pinta de "a mí para qué me habrán sentado aquí"

Pero luego habló como un gran profesional

Después de esta conferencia había otra en la misma sala, dedicada a la autoedición en la que participaban Jesús Cañadas y Magnus Dagon que ya os conté que habían estado "ensayando" la noche anterior. Jesús era contrario a la autoedición mientras que Magnus iba a hablar de Crowdfunding, el sistema en el que está sacando su nuevo proyecto, The Jammers. Había otras tres personas en la mesa que no conozco y no recuerdo sus nombres. Esta charla fue más animada y casi hubo sangre y vísceras cuando salió el tema de Amazon.

Veía aún menos la mesa que en la conferencia anterior....

Después de esta conferencia terminaron los actos y comenzaba el concierto de Duendelirium. La sala de conciertos estaba a rebosar, nos costó encontrar asiento y el grupo... bueno, la verdad, para mi gusto... ¡es que solo se oía la batería! Se notó mucho las canciones que no tenían batería, que esas sí me gustaron, y los bises que tocaron al final. Magnus me dijo que lo de la batería era normal, que tenía que ser así. Él entiende de estas cosas, que es músico (y al final del concierto todo el mundo le preguntaba en plan "tú eres el experto"), pero ya digo, yo soy de voces y es que no las oía con la batería. Para entonces se había hecho de noche, la cena de gala era inminente y todos se fueron. Solo nos quedamos Melkor, Magnus, Elena y yo que no íbamos a la cena y nos fuimos a la taberna de todos los días, pero esta vez no me senté en el mismo sitio porque subimos a la parte de arriba y lo pasamos muy bien entre la comida y videos de Star Trek. 

Sin embargo, comemos rápido y cuando Elena llamó para ver cómo iban los demás estaban todavía por el segundo planto. ¿Qué hicimos? Lo normal en estos casos. "Nos acercamos para cuando terminen, que está lejos..." Vamos, que fuimos a colarnos. El camino hacia el restaurante no era tan largo, un paseo, ibamos hablando y por poco nos metemos en un lugar siniestro y desconocido (¿pero pa qué me dejáis ir delante?), si, vale, me equivoqué de desvío. El siguiente desvío era aún más siniestro pues estaba totalmente oscuro, pero ese era el bueno y conseguimos atravesar la zona oscura sin tropezar ni caernos. Llegamos al restaurante, un poco timidos, diciendo "es un restaurante, nos dejarán entrar". Vamos por la puerta principal y nos topamos de bruces con una boda.

Mi primer pensamiento fue "ya está, nos hemos equivocado" e hice intención de salir, pero veo que mis compañeros lo que hacen es subir unas escaleras, desde alli arriba vimos el baile de los novios, al padrino todo emocionado y luego toda la gente bailando. Bajamos de nuevo a la boda, nos metimos por otra puerta y llegamos a un bar, allí nos dijeron dónde estaba la gente que buscábamos. Bajamos las escaleras en plan "disimulad a ver si no nos echan". Dimos una vueltecilla, saludamos a la gente que conocíamos, alguno se pensó que al final habíamos pagado la cena. Hice fotos a Melkor junto a los toneles de sidra y terminamos sentándonos en la mesa, que ya habían terminado de cenar e iban a dar los premios. Sí, vi la entrega de los Ignotus en primera fila.

El ataque de las barricas de sidra

Después de la entrega de premios nos echaron de alli. No a los que nos habíamos colado, a todo el mundo, que estaban ya recogiendo y nos fuimos al bar del restaurante, donde seguimos hablando y Elena se metió en el salón de la boda a bailar con una botella de agua en al cabeza y, por supuesto, yo la seguí cámara en mano para inmortalizar el momento.

Se ve poco :(  La foto salió muy oscura.

La verdad es que lo pasamos muy bien. Hubo un momento en que todos empezaron a meterse conmigo. Palabras decía que antes yo no era así, y Magnus empezó a llamarme "sílabas" y a decir que era la discípula de "palabras" (muy gracioso él). Yo les decía que no he cambiado, y es cierto, si yo metepatas he sido siempre, el problema es que soy muy tímida y me cuesta mucho hablar con la gente y por eso estoy siempre calladita e intentando que no se me vea. La timidez es dura, como sabe todo el que la padece, en realidad es miedo, a no ser aceptada en el grupo, a hacer el ridículo, a caer mal a la gente... todo eso junto y no es algo que se pueda controlar, el miedo te bloquea y si intentas superarlo y forzarte es peor, te bloqueas aún más. Las cosas cambian cuando te sientes cómoda y coges confianza, entonces ya el miedo va desapareciendo y eso es lo que pasaba; me sentía bien, me sentía muy a gusto, me sentía aceptada y no había miedo. Me sentía... feliz. La timidez desapareció por completo (ahora es cuando me dirán que tímida y calladita estaba mejor xDD).

La gente se iba yendo poco a poco cuando nos dimos cuenta de que alguien se había dejado un Ignotus encima de la mesa. Hubo bromas respecto a eso, pero al final el misterio era que los de Saco de Huesos se lo habían dejado a Melkor para que se lo llevara a otro chico de la editorial que no había venido. Nos echaron del bar también y volvimos al pueblo, Melkor propuso buscar otro sitio y seguir un poco más pero no había nada abierto, así que nos recogimos.

El domingo amaneció triste y lluvioso, un típico día de despedidas. Laura se reunió con nosotros para desayunar y me devolvió el pañuelo diciendome: "te tengo que dar tu trapo" ¡¡Mi trapo!! El pañuelo que le rob... cogí prestado a mi hermana hace dos años. ¡Qué desfachatez! Bueno, hay que reconocer que el pañuelo ha vivido tiempos mejores. Dejamos las maletas allí y nos fuimos a la Hispacón de nuevo, nos despedimos de la gente que ya se iba y ,como teníamos tiempo, entramos a ver una sesión de cortometrajes. Nos pidieron que apagáramos los móviles. Yo saqué el mío, lo miro. No sé apagarlo. Le pregunto a Laura, que toquetea pero tampoco sabe. Bueno, me digo, de todas formas nadie me llama nunca... Comienzan los cortos del proyecto Soñadores de José Negrete. Nos habló del proyecto, nos puso imágenes de cómo se hicieron y los cortos estaban muy bien. A mitad de uno de ellos me llamaron. Era Magnus, que salían de la residencia, para ver dónde estábamos. Después de los dos cortos la mayoría de la gente se fue. Nos quedamos en la sala Palabras, Laura y yo y otros dos chicos. Pusieron el tercer corto. Era malo, pero malo, malísimo, de lo peor. Primero lo comenté con Laura por lo bajini, cuando terminó ya lo comenté en alto para toda la sala en plan toda indignada, entonces se me ocurrió que el director podía estar presente... como no había metido ya la pata durante todas las jorandas... y pregunté si el director estaba allí, pero no, no estaba. Suspiro de alivio y empieza el último corto: Tanatria. Este tenía mucho interés en verlo porque el guión es de mi amigo Juan José Hidalgo Díaz, pero apenas vimos los primeros minutos. Sí, me volvió a sonar el móvil (menos mal que nunca me llaman xD). En esta ocasión era Nacho, que nos avisaba del sorteo que iba a hacer la organización en la despedida. Avisé a los demás y fuimos para allá corriendo, vimos el acto de despedida y mientras estaba el sorteo recibo un mensaje en el movil de un número desconocido: "Sigue el rastro de la sidra" me decía. Con mis dotes detectivescas deduzco que es Melkor el que me manda el mensaje y sí, allí están en el bar. Estoy con ellos hasta que llegan los demás. Nos tenemos que ir a coger el tren y comienza entonces la loca carrera.

Llueve, pero no es lluvia normal. Llueve a cántaros y el viento es tan fuerte que mi paraguas se da la vuelta completamente. Las calles de Urnieta están todas empinadas, yo llevo tacones... y tenemos que correr. Pierdo de vista a mis compañeros, menos mal que recuerdo el camino a la pensión. Dudo si cerrar o no el paraguas, no sirve de mucho... lo cierro... bueno, algo sí que hace así que lo vuelvo a abrir. Cogemos las maletas. Corremos de nuevo. Laura está impresionada de que no me mate, por una vez saqué muy alta la tirada de equilibrio. Por el camino nos cruzamos con Javier Quevedo Puchal y su pareja, me paro un momento a despedirme de él y el pobre intenta poner bien mi paraguas. Imposible. Sigo corriendo. En el camino Palabras me cuenta que se ha comprado el calabazas "Día de Difuntos" yo le había recomendado el "Castátrofes Naturales" porque allí nuestra amiga Ángeles Mora tiene un relato muy bueno y Adriker tiene uno excelente pero Palabras le había preguntado a Adriker y él, en vez de recomendar el libro en el que sale, le recomienda el otro y claro, ¿a quién va a hacer caso Palabras, a él o a mí? ¬¬ Hablando con Palabras de que si cuando me corrigen un relato no hago caso, le cuento que el relato que tengo en el Día de difuntos me lo corrigió mi amiga Ana Morán, y que sus comentarios me hicieron reestructurar parte del relato y cambiar algunas cosas para que funcionara bien; con lo cual ahí queda demostrado que sí hago caso a las correcciones cuando estoy de acuerdo con ellas. Hubo comentarios sobre que el Día de difuntos era un libro monótono por la temática, Magnus comentó entonces que a él le había gustado el tema de Empresas, que daba más de sí. Cuando comenté que en Empresas también salgo hubo algunas amenazas, pero las de Erein son mejores y acojonan más. Hubo momento firma de libros en el último minuto y descubrimos que ni hemos comido ni hemos comprado nada para comer en el tren y ya no nos daba tiempo. Subimos al tren que nos alejaba de Urnieta y supongo que es el momento de una imagen linda del tren alejándose entre la lluvia, pero la verdad es que llevábamos un estrés encima de la leche. No importaba, el viaje que nos esperaba era largo y podríamos descansar. 

Han sido unas jornadas estupendas, espero poder repetir el año que viene. ¡Abrazos para todos!

viernes, 19 de octubre de 2012

Crónica de la Hispacón 2012 - 3 parte

Después de la lluvia del viernes, el sábado amaneció despejado, un día perfecto para sentarse en el Trono de Hierro. Mientras nos arreglábamos Palabras estuvo mirando sus libros y me daba los que no quería, yo los iba metiendo en mi maleta, hasta que me ofreció uno de un autor, llamémosle X, que no me gusta y le dije que ese no, que mejor se lo diera a alguien que le gustara. Empezó entonces con la coña, intentando colarmelo y yo resistiéndome, y no, no coló. Me sentía un poco abusona por quedarme con tanto libro pero me dijo que a cambio le hiciera fotos y sellamos el trato. Laura se nos unió para desayunar, esta vez se traía el abrigo y no necesitó pedirle la chaqueta a Palabras, pero estaba preocupada porque hacía mucho frío y yo le presté mi pañuelo, que luego llevaría puesto en la presentación ^^. Después de desayunar nos fuimos hacia la casa de la cultura, donde estaban dispuestas las mesas donde las editoriales venden los libros.

El stand de Saco de Huesos

Palabras aprovechó para comprarse el libro de Laura: El legado del pájaro de fuego y ella se lo firmó como una gran profesional.

Hizo una dedicatoria linda, no como las mías :)

Orgullosísima de su libro

Después de dar unas cuantas vueltas por allí, decidimos buscar el Trono de Hierro, no sabíamos donde lo habían instalado así que preguntamos a los voluntarios de la organización. Siempre había gente por allí a la que preguntar las dudas, incluso a veces si te veían con cara de despistada (lo que era habitual) se te acercaban a ayudarte, muy majos todos. El trono estaba instalado frente al escenario y Laura fue la primera que se hizo fotos. Después fui yo, que me quité el abrigo a pesar del frío y tuve cuidado de dejarle el bolso a Palabras. Como era temprano y había poca gente pudimos hacernos un montón de fotos. Laura y yo estábamos muy ilusionadas, Palabras nos miraba un poco como en plan "vaya dos locas" yo no es que sea fanática de la saga ¡pero el trono mola!

Si es que tengo madera de reina

Nos motivamos mucho

Y lo pasamos muy bien
Volvimos después al colegio donde se daban las conferencias y nos encontramos con Nacho, que nos propuso ir a votar los ignotus. Yo no podía votar, porque no me había inscrito, pero ellos cumplieron con sus deberes democráticos.

Después nos encontramos con Javier Quevedo Puchal, autor de Cuerpos Descosidos, una magnífica novela que no nos cansamos de recomendar. Al pobre Javier le sacamos los colores, creo que no se esperaba que realmente nos hubiera gustado tanto. Es una maravilla, si podéis haceros con ella, no lo dudéis que merece la pena.


Orgullosísima al lado de grandes escritores, y de Palabras
(es broma)
(bueno... )
(es que soy mala...)

Decidimos ir al bar. O quizás no lo decidimos, nos movimos y acabamos allí como quién no quiere la cosa. Era muy temprano para beber así que no tomé nada, pero los hombres de la barra me regalaron una piruleta. Eran muy majos todos en el pueblo.
Palabras empezó a hacer pucheros y tuvieron que darle otra

Llegó entonces el grupo de Zaragoza, que como expertos hispaconeros lo primero que hicieron fue pasarse por el bar. Estaban David Jasso, que me saludó. David me causa mucho respeto, aunque es muy simpático y agradable, pero es de esas personas así importantes que no sé si se acordarán de mí y siempre me da cosa saludarle, aunque se ve que sí que se acuerda. Conocí en persona a Roberto Malo, con el que había hablado alguna vez por Facebook, venía también Jose María Tamparillas, al que no conozco y no nos llegaron a presentar y, por supuesto, Fer, que se fundió en un gran abrazo con Palabras y yo les saqué una foto que intentó estropear Jesús Cañadas.

Bueno, más que intentarlo lo consiguió


Pero luego lo apartamos y les saqué la buena

Cada vez había más gente en el bar y nos salimos fuera, dimos... como tres pasos y seguíamos hablando. Llegó entonces alguien y me ofreció el mismo libro del autor X que había intentado colarme Palabras esa mañana, sin pensarlo siquiera, por inercia, voy y digo: "No, que es que ese autor no me gusta". Y el autor X estaba justo a mi derecha. Fue un momento de "acabo de meter la pata hasta el fondo" Sobre la marcha intento arreglarlo. "Que no es por nada, es que me leí dos relatos tuyos y no me gustaron..." (He dicho que lo intenté... no que lo consiguiera, ains, y no había bebido nada... si yo creo que espolvoreaban sidra en el aire). El pobre autor X me dijo que la novela estaba mejor y me animó a que la leyera, aunque creo que en mi cara se leía que no me apetecía mucho. Seguramente me odia en estos momentos. :( No era nada personal, hay muchos autores que no me gustan: Terry Pratchett, Poe... Ains... si encima el autor X es muy majo. ¡¡Lo siento!! :( Al final me llevé el libro a casa. 

En fin, en ese momento no sabía dónde meterme y no quería hablar para no cagarla más cuando se me acerca un desconocido y me saluda con gran efusividad. Yo me quedo un momento en plan: "Sí, hola" y me dice: "Soy Adriker" así muy serio. Doy entonces un salto de alegría. ¡Adriker! Yo lo conozco por ese nombre de los foros, en realidad se llama Jorge Asteguieta Reguero y compartimos antología en Calabazas en el Trastero: Catástrofes naturales, donde él tiene un magnifico relato. Por supuesto nos hicimos una foto, estaba tan contenta de verle que no me importó que nos la hicieran a pleno sol... salieron mal, y luego nos movimos a la sombra.

Con Adriker

Siguió llegando gente que se abalanzaba contra la barra de sidra (ver detrás de la foto) cuando Magnus y Melkor me dijeron de acercarnos a la ludoteca a echar una partida a algún juego y Laura se animó a venirse con nosotros. Al principio nos lanzamos sobre el de Juego de Tronos, pero ya era tarde y no nos iba a dar tiempo así que escogimos un juego más sencillo, el Dominium. El encargado de la ludoteca era el mismo chico que dio la conferencia el día anterior y sigo sin recordar su nombre. Nos explicó cómo se jugaba y allí volví a hacer el ridículo más absoluto porque no me enteraba y el pobre después de explicarlo un par de veces me miraba y yo decía que no, que ni papa. Empezamos a jugar en plan "aprenderemos sobre la marcha" y no llegué a enterararme del todo, pero descubrí una carta que fastidaba a los compañeros y lo pasé muy bien. La hora se paró corriendo y no pudimos terminar el juego; también me quedé con las ganas de volver otro día y echar la partida de Juego de Tronos, que tiene muy buena pinta (y además yo ya había practicado de reina ^^) pero no tuvimos tiempo :(

Volvimos... sí, lo adivináis, al bar, a recoger a la gente para ir a comer. La idea de ir de nuevo al restaurante que estaba lejos quedó descartada y hablamos de ir a la pensión, que se come bien y está cerca. Decidido, pero no nos movemos. Magnus empieza a ponerse nervioso, porque tiene que dar una charla a las cuatro, avanzamos cuatro pasos, esperamos, la gente sigue sin moverse, avanzamos otros cuatro pasos. Así poco a poco conseguimos llegar hasta la pensión. Por el camino fuimos hablando con Amaya Felices y su novio, ella nos contó las dificultades que estaba teniendo con su novela, por la mezcla de géneros que no termina de estar bien vista y él es rolero, con lo que pronto empezamos a contarnos anécdotas de partidas. Su grupo es más cafre que el mio.

Nos sentamos en la terraza, primero al sol, como había gente a la que le molestaba, cambiamos la disposición de las mesas y al final quedó una especie de tetris.

Mientras los demás trabajaban, yo intenté fotografiar el proceso, pero las fotos que saqué son horribles, esta es la mejor, ya con la mesa montada.

Estábamos muy bien y muy a gusto, charlando y al solecito, el tiempo pasaba y los camareros no venían, en realidad no importaba, si Magnus no hubiera estado cada vez más nervioso al ver que iba a llegar tarde a su charla: la música en el género fantástico. Al final llamó a la organización para intentar posponerla, porque tampoco veía que fuera a ir mucha gente porque todos estaban comiendo, pero al final no hubo hueco donde meterla. La hora de las cuatro de la tarde es muy mala para las conferencias, como ya comprobamos el día anterior (llegamos por los pelos y eramos como media docena en la sala) y este (que ni llegamos). Me atrevería a sugerir a la organización que el próximo año empiecen a las cinco aunque luego se alargue más por la tarde/noche, que total, nadie se acuesta temprano en una Hispacón.

A las cinco era la presentación del libro de Laura, que ya os cuento mañana.

Ains, se está haciendo largo... a ver si consigo terminarlo en el próximo.




jueves, 18 de octubre de 2012

Crónica de la Hispacón 2012 - 2 parte

Seguimos en el viernes. A las cuatro de la tarde, Amaya Felices presentaba su libro Hipernova, a Amaya no la conocía y me llamó mucho la atención porque es posiblemente la chica más fashion de la Hispacón. Empezando por las botas, siguiendo con el corsé de cuero y una capa de encaje preciosa que encima le quedaba genial. Laura S.B. era la encargada de presentarla y hubo un momento en el que estuvo preocupada al ver que Amaya iba tan sumamente fashion y ella iba en plan normal y con la chaqueta de Palabras porque tenía frío, al final decidió quitarse la chaqueta para la presentación para aumentar su nivel fashion, aunque ya os digo que Amaya era insuperable.

No éramos muchos en la sala, a mí siempre me da cosa sentarme en primera fila y lo hice un poco atrás y como entré la primera todos se sentaron conmigo. El "todos" no sé si eramos cuatro o cinco personas, que la mayoría estaban comiendo todavía a esa hora. Amaya nos contó también que más tarde bailaría en el escenario que habían dispuesto en la plaza, frente al bar, con un sable en la cabeza.

El corsé no se aprecia en la foto, pero era precioso, de cuero con hebillas, las botas y la capa sí se ven. 

 Después de la presentación hubo un momento confusión en plan de no saber qué hacer, hasta que Palabras dijo "pues yo me tomaría un café" y nos fuimos unos cuantos a una cafetería cercana. Las cafeterías/bares son el sitio más probable para encontrar a la gente en la Hispacón. Allí les estuve contando mis rechazos editoriales, que han sido muy animados y Michel me comentó que había una conferencia sobre fantasía y ciencia ficción en los juegos de mesa y de rol; no me lo pensé y me metí en ella. No tengo fotos de esa conferencia, tampoco sé cómo se llamaba el chico que la impartía, pero era muy majo y se pasó el tiempo volando. Después decidí acompañar a Palabras a la presentación del libro de Sergio Mars La ley del trueno, por supuesto, Palabras se sentó en primera fila y no contento con eso, atrajo la atención del autor diciéndole que de entrada se iba a comprar el libro, que dependiendo de lo que oyera le podía convencer de no hacerlo. Y yo al lado, ains... Con esa presión encima Sergio hizo la presentación más dinámica de la Hispacón, enumerando todas las virtudes de la obra en apenas media hora y tengo que reconocer que llamó mucho mi atención. De vez en cuando se nos acercaba y le preguntaba a Palabras si iba bien, él se hacía el interesante pero al final de la presentación le compró el libro. Yo me alegré mucho porque así puede prestarmelo. Me pidieron que les sacara una foto después de la firma.

 Y yo intenté pillarlos de improviso


Pero luego les hice la foto buena

Nos volvimos a encontrar después con el grupo, al que se había añadido Carlos L. Hernando, Melkor, después de un largísimo viaje, y nos fuimos hacia el escenario para ver bailar a Amaya. El escenario estaba montado en la plaza del pueblo, justo a la derecha (o izquierda... no sé!!! pero al lado) de dónde habían instalado el bar. A esa hora había una larga mesa delante de los soportales donde repartían sidra (yo creo que la espolvoreaban en el aire) y la gente iba y venía de la mesa mientras Amaya subía al escenario. Fue muy valiente entre el suelo mojado, el frío que hacía, el sable en la cabeza y un par de problemas técnicos que tuvo que sufrir. No tengo fotos de la actuación. Llegó la hermana de Melkor, Elena y se los presenté a Palabras. Melkor recordaba que Palabras era persona non grata en algún foro (bueno, en varios, pero sabéis al que me refiero :p), pero no sabía por qué y lo preguntó (luego la antidiplomática soy yo...). Como a Palabras le encanta hablar de la gente que le odia y lo mal que le tratan todos empezó a contárselo, aunque Melkor puso cara de no haberse enterado de la mitad y se fue a por sidra. Estuvimos hablando un rato alli, la gente iba y venía y al final nos sentamos en un banco. Comenzaba un trivial de Juego de Tronos al que Melkor se apuntó sin pensárselo, presumiendo de conocer todos los libros y arrastró a Laura para que concursara con él, aunque ella no conoce la saga. No importaba, él lo sabía todo. El que realmente sabía era David Prieto que se nos acercó con su familia y entre él y Magnus que solo se ha leído el primero practicamente lo acertaban todo. Melkor al final solo acertó dos y Laura se bajó del escenario protestando.

Decidimos cenar allí mismo y nos compramos un bocadillo de tortilla con pimientos que estaba buenísimo mientras Amaya volvía a salir a bailar, esta vez ya sin problemas técnicos aunque hacía más frío. Después nos fuimos a la taberna del día anterior, nos sentamos en la misma mesa y yo en el mismo sitio, que cojo las costumbres muy rápido. Estábamos Juan Ángel y Michel Laguna, Nacho Becerril, Ángel Vela, Magnus Dagon, Melkor y Elena, Jesús Cañadas y yo. Al hilo de la mesa redonda que Jesús y Magnus tenían al día siguiente se empezó a hablar de publicidad y de editoriales. Era una conversación interesante en la que unos sostenían que el autor no debe implicarse en la promoción y otros que sí. El momento álgido fue cuando Nacho se metió en el papel de editor cabrón y empezó a acosar a Jesús que respondía a sus envites con gran seguridad en sí mismo. Al cabo de un rato decidimos ver mundo y visitar otros lugares, bueno, en realidad fue que alguien quería bailar, nos fuimos todos excepto Jesús que se quedó charlando con otro grupo de escritores que había allí.

No sé a quién se le ocurrió la idea de bailar, creo que prefiero no saberlo. Nos metimos en otro sitio, la música era horrible, no había nadie bailando y yo me apresuré a sentarme en cuanto tuve oportunidad. No es que no me guste bailar, es que tengo una tremenda falta de coordinación y mucho sentido del ridículo, si hay mucha gente bailando, pues entonces no se nota, pero solo estabamos nosotros. No, no me libré, si yo quería ir de discreta y no llamar la atencion tendría que haberme buscado otros compañeros. Juan Ángel no paró hasta que consiguió que me levantara y me hizo dar vueltas y vueltas de la forma más ridícula posible (no, no hay fotos, afortundamente la única cámara la llevaba yo). Luego me dejó en mitad de la pista con los demás y él se fue. Menos mal que Palabras bailando es todo un espectáculo y atrae las miradas con lo que creo que pasé desapercibida. Después de un rato bailando a alguien se le ocurrio jugar a los dardos.

Intentaron enseñarme, pobrecillos, había un grupo de gente al lado de la diana y yo temía saltarles un ojo. Mi primer intento no fue mal, conseguí que se clavaran los dardos en la diana, pero fue la suerte de la principiante, en el resto de tiradas los dardos simplemente rebotaban y volvían a mí. Las indicaciones no me servían de mucho, entre tiradas me entretuve comentando mis experiencias con la bolera que no fueron mucho mejores, si es que yo siempre he sido de armas cuerpo a cuerpo y no a distancia. El que lo hizo genial fue Nacho que lanzó los tres dardos de una vez y acertó. Magnus se lo tomó muy en serio, animando a la gente en plan entrenador cabrón y Melkor bebía sidra. No sé quién ganó al final, lo de los dardos es confuso y complicado... yo soy de letras...

De vuelta a la pensión, hablamos ¡de literatura! Estuvimos comentando relatos principalmente, nada de publicidad, de editoriales, de publicaciones, de problemas. Nada. Solo la creación. Fue una conversación muy corta pero quizás de las que más me hizo pensar en todas las jornadas y de darme cuenta de cosas que no había visto.

Y nos queda el sábado, con el Trono de Hierro, la presentación del libro de Laura S.B. y la cena de gala, pero eso ya os lo cuento mañana.









martes, 16 de octubre de 2012

Crónica de la Hispacón 2012 - 1 parte

Hay un momento en la vida de una mujer en el que encuentra el zapato pefecto. A mí me pasó en mi pasado cumpleaños. Fue verlo y sentir amor a primera vista, era marrón cuando yo lo buscaba negro, tenía el tacón más alto de lo que suelo usar pero no importaba. Estaba rebajado a diez euros, solo quedaba mi número, me lo probé y me quedaba perfecto. Cuando vi en la programación de la Hispacón que estaría alli el Trono de Hierro no tuve ninguna duda de qué zapato iba a llevarme. Estaba previsto que lloviera, tendría que andar con un tacón alto... pero me haría una foto en el trono con mis zapatos perfectos, merecía la pena.

La Hispacón se celebraba en Urnieta, tenía que atravesar toda España para llegar, pasé la noche en el autobus para llegar a Madrid, donde había quedado con mis compañeros de viaje a las tres de la tarde en la estación de Chamartín y con Laura López Alfranca, alias Xa, a las doce para vernos un rato antes de que me fuera. Eran las ocho de la mañana y hasta las doce tenía mucho tiempo. Pensé darme una vuelta por los alrededores, aunque buscando por internet decían que para el turismo era una zona poco interesante, bueno, la cosa era estirar las piernas. Busqué primero la parada de metro donde había quedado con Xa y al encontrarla descubrí que frente a ella estaban las cuatro torres. Eran enormes, impresionantes.... pero entre ellas y yo había un enorme descampado y una carretera, no tenía ni idea de cómo llegar. Decidí pedirle a Xa que me llevara y mientras me daría una vuelta por el barrio saliendo por la puerta que estaba en el otro extremo de la estación. No tenía mapa, así que decidí intentar seguir una misma calle para no perderme, pero las calles, interminables, se iban curvando, me sonaban algunos nombres de cuando miré el mapa como cercanos a la estación y decidí arriesgarme, ¿y si conseguía darle la vuelta a la estación? Tras una hora andando llegué a las torres Kio, que tampoco las había visto nunca. Hice montones de fotos, aquello era impresionante y seguí andando hasta que llegué a las cuatro torres. Con tacones, arrastrando una maleta... para entonces ya estaba hecha polvo así que decidí intentar llegar a la estación desde allí, seguí un cartel y me encontré en una carretera sin arcén en la que no me atropellaron de milagro. Conseguí llegar a la estación y no me senté, sino que me derrumbé en un asiento, todavía faltaba un rato para que llegara Xa.

Ya sé que nada de esto tiene interés, pero es la excusa para poner la foto, que me quedó superchula ^^


¡Llegué!

Después me acerqué a la estación de metro. Xa no llegaba así que me senté en los escalones, pensando que tal vez me había equivocado de hora. Al poco tiempo me llamó, llegaba tarde porque habían publicado su nuevo libro La Tierra estuvo enferma pero venía. Comimos juntas mientras me contaba de qué iba, me daba consejos y hablábamos de cotilleos varios. A las tres nos reunimos con mis compañeros de viaje, iban a ser Nacho Becerril, nominado a dos premios Ignotus y dos premios Nocte por su antología El monstruo en mí, (que yo viajo con gente de categoría); Ángel Vela, "palabras", (que también viajo con gente polémica) y Laura S.B. a la que conocí ese día aunque no tardamos mucho en sentirnos como si nos conociéramos de toda la vida. Laura iba a presentar en la Hispacón su libro El letargo del pájaro de fuego, pero de la presentación ya os hablaré más adelante.

El viaje en tren fue largo pero como íbamos juntos podíamos ir charlando y molestando al resto de pasajeros. Solo nos llamaron una vez la atención, teniendo en cuenta que íbamos tres andaluces en un grupo de cuatro fue un gran logro. Ahí fue cuando mi ego comenzó a hinflarse, hablábamos de relatos y Nacho comentó un par de relatos míos que le habían gustado, hasta ahí todo normal, hablamos también de su antología, de cómo le pedían muchos que hiciera de Casa Ocupada, su relato más aclamado, una novela y pasamos a hablar de finales, de cómo nos gustaban a cada uno, de finales buenos y finales malos y va y de repente cita un final. Y me quedo con la boca abierta ¡porque es un final mío! Fue un momento de subidón total, que ya no es que el relato le guste, es que se acuerda de las últimas líneas. Por cierto que he vuelto de la hispacón con el ego por las nubes, prepararos.

Llegamos a San Sebastián y allí tomamos el cercanías hasta Urnieta. Nacho se erigió en jefe de la expedición y gracias a eso llegamos sin problemas. Llovía cuando dejamos el tren. Abrí el paraguas y tiré de la maleta siguiendo a mis compañeros. La primera impresión del pueblo fue algo sombría, a través de la lluvia, las calles estaban desiertas a pesar de que no era demasiado tarde y todo estaba lleno de cuestas empinadas en las que me costaba mantener el equilibro (recordad: maleta, paraguas y tacones es una mala combinación). Sorprendentemente no me caí y logramos llegar a la pensión Guria, donde Nacho, Ángel y yo nos alojaríamos. Nos sentamos un rato en la cafetería mientras esperábamos a que vinieran a recoger a Laura, que se alojaba en la residencia con los miembros de la organización y cuando llegaron los hermanos Laguna, Juan Ángel y Michel, decidimos irnos a tapear a otro bar.

 Estuvimos en un sitio muy acogedor al que iríamos más veces, pero no recuerdo el nombre. Estando entre escritores es normal hablar de nuestras obras, conmigo se dedicaron a subirme el ego cosa mala, Juan Ángel aguantó como un campeón los comentarios de Palabras y este último se quejaba: "hablad de mí, aunque sea mal", nos decía. No le hicimos mucho caso. Juan Ángel nos enseñó las fotos de sus niños y, por supuesto, aprovechando que estaba con un autor ya con varias novelas publicadas, editor de Saco de Huesos y presidente de Nocte ¿de qué aproveché para hablar? ¡¡De las Microjustas!! Por supuesto no nos dijimos nuestras máscaras, aunque sí comentamos si habíamos pasado o no de ronda y lo que cambian las cosas siendo juez a verlo desde el otro lado. 

Después de pasearnos un poco y ver los bares de la zona nos fuimos a la pensión que estabámos cansados y había que madrugar.

El viernes, guiados por Nacho de nuevo, llegamos a la casa de la cultura de Urnieta donde vimos la inauguración de la hispacón y los que estaban inscritos (yo no me inscribí porque estoy pobre, snif) fueron a recoger las acreditaciones y el pack de bienvenida. Palabras empezó a quejarse de los libros aún antes de verlos y le dije que los que no quisiera que yo los adoptaba sin problema. Estuvimos un rato por allí, nos indicaron el colegio donde estaba el resto de las salas y nos fuimos al que sin duda es el lugar más importante de una Hispacón: el bar. Debajo de un soportal habían instalado una barra y a su alrededor nos encontramos con todo el mundo. Saludé a Ramón San Miguel, que no está participando en las microjustas y no hablamos del tema... (rolling eyes...), conocí a un chico de Vigo muy majo del que no consigo recordar el nombre, llegó Magnus Dagon, al que asustamos diciéndole que la residencia en la que se alojaba estaba muy lejos, vimos a Jesús Cañadas, quizás el único de los presentes que entendió que dejara Sevilla Escribe porque la gente pensaba que soy sevillana (de Málaga, soy de Málaga ¬¬) y bueno, entre saludos, risas y gente que iba y venía llegó la hora de comer.

Esta foto la hizo Laura S.B. justo antes de irnos a comer

No sé bien cómo fue, pero de pronto me encontré caminando por una carretera. Ibamos hablando, así que no me di ni cuenta, pero cuando dejamos el pueblo atrás empezé a preocuparme. A Magnus le vino bien porque pasamos delante de su residencia y se quedó allí dejando sus cosas, a Laura no le iba tan bien porque a las cuatro tenía que presentar el libro de Amaya Felices y estaba preocupada porque íbamos con la hora justa. Incluso nos planteamos volvernos y comernos un bocadillo, pero al final seguimos adelante.

Sí, nos quedamos un poco atrás....

Cuando llegamos al restaurante, la impresión fue buena, demasiado buena, Laura y yo nos miramos en plan de "aquí nos van clavar". Decidimos compartir un plato, ya que ninguna de las dos come mucho, y lo más barato de la carta tenía muy buena pinta. La gente allí era muy amable y el servicio muy bueno, cuando le pedimos el filete para las dos nos los trajeron partido en distinto plato. Comimos a toda leche, Magnus me llamó para preguntar dónde estábamos y consiguió llegar al restaurante a pesar de mis indicaciones. 


Eligiendo el menú

En cuanto terminamos de comer, y viendo que Laura estaba cada vez más nerviosa por la posibilidad de llegar tarde, nos volvimos ella, Magnus y yo mientras el resto terminaba de comer. Nos apresuramos y llegamos a tiempo para la presentación de Amaya, donde Laura haría de presentadora. Ya os lo contaré mañana.

domingo, 7 de octubre de 2012

Octubre de publicaciones

Hoy toca entrada de autobombo, hay meses en los que se junta todo y en este se publican tres antologías en la que he participado. Son tres proyectos muy distintos, ya os hablaré más ampliamente de ellos y de los relatos en próximas entradas.

Fantasmas, espectros y otras apariciones es una antología de terror que publica la editorial La pastilla roja, os dejo el link a su página web en la que podéis encontrar también algunas antologías para descarga gratuita. En la antología "Realidad Incoherente" también se publicó un relato mío.












Legendarium III forma parte de un proyecto del que han salido ya otros dos volúmenes en el que se revisitan conocidas leyendas españolas. Yo participo en este tercer volúmen con dos relatos, uno escrito en solitario y el otro en colaboración con dos buenos amigos, Carolina Pastor y Pedro Escudero.

Os dejo el link a la editorial, Tombooktu, donde también podéis cotillear los dos primeros libros.

Tombooktu







  
(Per)versiones es también el tercer volúmen de proyecto desarrollado en el foro Sedice entre un grupo de escritores. En este volúmen, Monstruos de la Literatura, se tratan famosos clásicos a los que se les ha añadido un monstruo, sin que los relatos tengan que ser necesariamente de terror. Ya os hablaré más ampliamente del relato que escribí para este proyecto, sólo os adelante que me decidí por tratar uno de mis libros favoritos: Los tres mosqueteros.

Os dejo el link al blog del proyecto, con más información sobre el libro y sobre los volúmenes anteriores:

(Per)Versiones Literarias